Por encima de bloques de cemento, varillas y andamios, nos confrontan los retratos de una comunidad que enfundadxs en cascos y chalecos, desafían los roles hegemónicos y nos alientan al reconocimiento de las personas transgénero. Sementerxs es un particular acercamiento a la comunidad LGBTTTIQ+, lejos deldel espectáculo y la inclusión forzada; estas albañiles cuestionan las estructuras de poder en el mundo de la construcción, superando los prejuicios de género en la asignación de las competencias laborales.

En este ensayo visual, no sólo miramos a un grupo personas de la comunidad LGBTTTIQ+ que deciden sobre sus cuerpos, identidades y destinos laborales; SEMENTERXS nos permite una mayor comprensión de las vivencias y batallas de las personas homosexuales, trans* y no binaries, especialmente, las que habitan en zonas de mayor marginación social, en que además de los prejuicios, enfrentan la pobreza extrema, la delincuencia, detonantes para el abandono de sus lugares de origen.

Al finalizar la Revolución Mexicana, los deseos de reconstrucción y cohesión del país fueron depositados –en el imaginario social– en héroes populares viriles e hipermasculinizados como los albañiles. Los muralistas mexicanos, por ejemplo, se agruparon en un sindicato para presentarse como obreros artistas que gracias a su “hombría” participaban en el esfuerzo colectivo por restaurar al país. En cambio, las personas de la comunidad LGBTTTIQ+ fueron vilipendiadas y excluidas de los derechos y las mejoras sociales que procuró la Revolución; en el caso de las personas trans*, hasta el 2018 la OMS dejó de considerarlos como personas enfermas, la condición vulnerable de estas personas pone en relieve, el hecho de que México se sitúa en el segundo lugar a nivel mundial en transfeminicidios.

En el caso de las Sementerxs, son mujeres que provienen del estado de Veracruz y Guerrero, a más de 7 horas de la capital mexicana, por lo que sus retratos laborales nos conducen por temas como la migración forzada a la ciudad, un autoexilio para desarrollar a plenitud su identidad y para conseguir mejoras económicas y laborales.

En las vivencias de las Sementerxs confluyen diversas lógicas de opresión desde los sesgos de género a los que se suman las discriminaciones por raza o posición social; estas Sementerxs, en su periplo a la ciudad, deben confrontar situaciones como la prostitución, el contagio de VIH, sin olvidar los peligros constantes que rodean a lxs trabajadorxs de la construcción, a lo que se suman los pensamientos rígidos que creen que pueden ser dictaminadas las actividades en relación al género.

A pesar de que las mujeres no aparecen en el imaginario mexicano como trabajadoras de la construcción, las personas aquí retratadas: La China, Yerali, Mística, Frida, Rosario y Tamara- son disidentes en concreto; las cuales han conformado grupos de empatía y retroalimentación en contra de la exclusión familiar, las narrativas patologizantes, la desigualdad laboral y las prácticas sexistas; en un intento por “construir” una sociedad más incluyente y respetuosa.

En ese sentido, Mitzi Falcón museógrafa además de fotógrafa, cuya madre migró de manera forzada del estado de Hidalgo a la edad de ocho años y que, con el sismo de 1985, quien también trabajó como albañil, se sube junto a sus SEMENTERXS al andamio, en la empatía de quien comparte su historia y de quien transgrede los nichos laborales que los varones ―predominantemente cisgénero y heterosexuales― han querido cooptar como propios. Junto a sus modelos, Falcón pone una vez más en jaque los discursos regidos por lógicas de dominación y discriminación de los cuerpos e identidades no hegemónicas.

Estas Sementerxs encuentran un momento idóneo y a la vez complejo, al presentarse en un contexto mundial abiertamente transfóbico; sin duda, nos invitan a seguir construyendo y reflexionando una sociedad más plural.

Curaduría: Carlos Segoviano