FRIDA

San Andrés Tuxtla, Catemaco, Veracruz, México. 1979.
45 años de edad. 4 años como albañil.
Salario: $2,300 MXN ($133 USD) a la semana.

Mi nombre es Frida, la Veracruzana.

Tengo 44 años y bien conservada. Soy VIH+ desde los 23 años, pero eso nunca ha sido un impedimento para mantenerme saludable y positiva, cumpliendo con mi tratamiento día a día. Cuando era joven, el hecho de que te gustara otro hombre no era bien visto e incluso deshonroso para la familia. Por presión social, mi padre me casó con una mujer, quien hoy en día es mi mejor amiga, ella y yo siempre deseamos tener un bebé, pero debido a mi condición, no fue posible, aun así, fuimos muy felices. Gracias a ella, conocí la libertad, el amor, el valor propio y aprendí a aceptar quién siempre fui.

Hace cuatro años, decidí perseguir el amor, abandoné Veracruz y fui a Guanajuato tras quien pensé que sería el amor de mi vida. Fuimos felices durante algunos meses; él me amaba y yo lo amaba, hasta que un día me dijo que quería formar una familia y tener hijos, algo imposible para nosotros. Se casó con una mujer, y fue entonces cuando mi vida dio un giro. Llegué a la Ciudad de México en busca de trabajo.

 Era bien sabido en mi pueblo que encontraría trabajo en la construcción, y como todos, comencé como chalán de albañil hasta convertirme en uno, hace algún tiempo, mis compañeros de trabajo se enteraron de mi condición y fui discriminada durante varias semanas. Fue un período difícil en el que me sentí deprimida, pero me aseguré de hacerles entender que el VIH no se transmite por contacto casual, como tocar la piel o compartir un vaso, como ellos creían. Me costó mucho esfuerzo explicarles qué es realmente el VIH y cómo se puede transmitir, pero hoy puedo decir con orgullo que mis compañeros me tratan como una más; han comprendido que el VIH no es un impedimento ni me hace diferente. 

Me alegra que las cosas hayan cambiado y que ser homosexual en mi pueblo ahora sea algo normal y respetado, hace algunos meses finalmente pude comprar un terreno en Veracruz para construir la casa a la que sueño regresar.