ENDHÓ
CUANDO LAS NUBES TOCARON EL SUELO
La presa Endhó, ubicada en el municipio de Tepetitlán, comprende 22 pueblos, de los cuales nueve se han visto gravemente afectados por la contaminación: General Pedro María Anaya, Santa Ana Ahuehuepan, Xijay de Cuauhtémoc, San Pedro Nextlalpan, Santa María Michimaltongo, Santa María Daxtho, La Loma, San Francisco Bojay y La Ermita.
La familia de Mitzi Falcón es originaria de Pedro María Anaya. A través de los relatos de su madre, en su imaginación recreaba aquel sitio como un lugar placentero, donde el contacto con la naturaleza, el aire limpio y el agua cristalina de la presa Endhó formaban parte del entorno de una vida apacible.
Hace unos años, regresó a Tepetitlán y encontró que el lugar que tantas veces había imaginado, con referencias visuales a las obras del cinefotógrafo Gabriel Figueroa, había cambiado drásticamente. La presa Endhó, antaño fuente de vida, es hoy una de las cloacas más grandes del mundo. Ha pasado de ser un recurso vital a convertirse en el reflejo de una crisis ecológica sin precedentes.
Estudios recientes han detectado niveles alarmantes de contaminantes tóxicos como cadmio, plomo, zinc, cobre, níquel, grasas, aceites y heces fecales. La exposición prolongada a estos residuos ha provocado enfermedades respiratorias, daños en la piel, problemas gastrointestinales, cáncer y malformaciones congénitas como la anencefalia, una condición letal que impide el desarrollo del cerebro humano.
El ecosistema también ha sufrido graves alteraciones. La proliferación del lirio acuático ha favorecido la expansión del mosquito Culex, portador del virus del Nilo Occidental, cuyos síntomas pueden variar desde leves molestias hasta convulsiones y pérdida de la visión.
La serie fotográfica "Endhó: Cuando las nubes tocaron el cielo" busca documentar la magnitud de la contaminación que padecen los pueblos afectados, contrastando el paisaje actual con los recuerdos de la madre de Falcón sobre su infancia junto a la presa. En su obra, la autora fusiona el realismo documental con una poética melancólica, evocando el pasado y su contraste con el presente.
Las imágenes que componen la serie están inspiradas en la estética del cine de oro mexicano, donde se exaltaban los pueblos y paisajes del país. La autora emplea sombras profundas y contrastes dramáticos para aludir a la resistencia de los pueblos originarios. Las fotografías en blanco y negro despojan al paisaje de color, convirtiéndolo en una metáfora de la vitalidad perdida. Su obra no solo pretende ser un registro visual, sino una reinterpretación artística que despierte memorias y refuerce la lucha social.
Para Mitzi Falcón, la presa Endhó simboliza destrucción y una maldición que ha marcado a su familia y comunidad. Su hogar está a solo 18 metros del canal que alimenta la presa. Allí, su abuela eligió este lugar para terminar con su vida.
ENDHÓ es un punto de encuentro entre arte, ciencia y activismo. Con el apoyo de ingenieros agrícolas, químicos y activistas del Movimiento Social por la Tierra, la autora combina información científica y testimonios para evidenciar la gravedad del problema. Ha buscado que su labor fotográfica trascienda la disciplina y se convierta en un llamado urgente a la justicia ambiental.
A través de este proyecto, ha procurado no solo documentar, sino generar conciencia. Su obra interpela al espectador, confrontándolo con una tragedia que nos concierne a todos. En un mundo donde la destrucción avanza con rapidez, estas imágenes recuerdan la urgencia de actuar con empatía. Invitan a reconstruir el vínculo perdido con la naturaleza y a reconocer que, incluso en los paisajes más dañados, persisten historias, memorias y la esperanza de un cambio.
La presa Endhó, símbolo de las heridas infligidas al entorno, también nos llama a reflexionar sobre nuestra capacidad de sanar y reparar.
Curaduría: Javier Vázquez